Es necesario que el amor atraiga a los jovenes a hacer el bien, estimulados por una continua presencia y educación y no el castigo sistemático de las faltas, despuès de haberlas cometido.
Existen dos sistemas de educación que se han usado en todos los tiempos:
1.- el preventivo y
2.- el represivo
El represivo consiste en dar a conocer las leyes a los súbditos y vigilar y aplicar al transgresor el castigo correspondiente.
Es un hecho comprobado que este método atrae hacia el educador, el odio del joven de por vida.
En este sistema la palabra y la mirada del superior deben ser en todo momento severas y amenazadoras, evitando toda familiaridad con los subordinados.
Este sistema es fácil de aplicar, poco trabajoso y sirve principalmente para ser aplicado en el ejército y para los adultos juiciosos, en condición de saber y recordar las leyes
El sistema preventivo es diverso y opuesto. Consiste en dar a conocer los reglamentos y prescripciones de un instituto y vigilar después de manera que el alumno tenga siempre sobre el, la mirada solícita del director o asistentes, los cuales como padres amorosos, hablan, sirven de guía en toda circunstancia, dan consejos y corrigen con amabilidad; es decir poner al alumno en la imposibilidad de faltar.
Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor; excluye entonces todo castigo violento y procura alejar aún los suaves.
Buscamos que el sistema preventivo sea nuestra característica, sin castigos físicos, sin palabras humillantes ni reproches duros delante de otros.
Que en las aulas y en los hogares, resuene la palabra dulzura, caridad y paciencia
(No a las palabras mordaces ni a los golpes violentos o suaves)
El alumno, avisado preventivamente, no queda avergonzado por las faltas cometidas, no se enfada por la corrección que le hacen o el castigo con que le amenzan o imponen, pues éste va siempre acompañado de un aviso amistoso y preventivo, que lo hace razonable y termina por comprender y ganarle de tal manera al corazón, que el alumno comprende la necesidad del castigo y casi lo desea.
Es fácil que por la ligereza del niño, olvide las reglas y los castigos al que han sido amenazados. Ciertamente no habría olvidado si una voz amiga en el momento lehuebiera advertido.
El sistema represivo puede impedir un desorden, más con dificultad hacer mejores a los que delinquen
Ud que opina?
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